Epílogo.
Mentiría si no se sentía demasiado nervioso y no podía dejar de verse al espejo con temor de que su maquillaje se arruinara, su cabello sufriera algún desperfecto o rompiera el traje al agacharse para acomodar sus zapatos bien boleados y controlar que todo estuviera perfecto.
Sonrió ante su propia imagen, parándose de costado para observar el pequeño vientre abultado que se escondía con la camisa y las solapas del saco. Lo acunó entre sus manos y se miró a detalle, pensando en todas las cosas que habían cambiado en el último lapso de tiempo sin siquiera imaginarlo. ¿Cómo podría haber deducido que estaría a un par de minutos de casarse con el hombre de sus sueños? Cuando creyó que no lo iba a cumplir, cuando se estaba dando por vencido había aparecido Jungkook junto con Junwon y le había robado el corazón.
Ahora todo ello parecía lejano, pero ahora albergaba nuevas memorias junto con su familia, no solo con su pequeña Haneul, sino con aquellos dos hombres que habían llegado para alegrar su vida. Estaba por salir de la habitación cuando la puerta fue tocada y posteriormente abierta.
—¿Estás listo? Es hora de bajar para que digan sus votos en privado —Ann, su cuñada y hermana de Jungkook, entró con una sonrisa y luego tapó su boca, mostrando una expresión de sorpresa—. Oh por Dios, estás demasiado hermoso, sin duda mi hermano se caerá de espaldas cuando te vea, simplemente luces espectacular.
El traje tenía una abertura sobre su pecho, de una textura tan suave que sentía la piel delicada rozando la tela con un escalofrío; ceñido donde debería de estar su cintura, la cual había desaparecido poco a poco conforme su embarazo seguía avanzando, dejando el revuelo de la falda que conformaba en la parte trasera del saco caer libremente hasta rozar sus zapatos. El diseño era sencillo, con toques aperlados y de una tela traslúcida y fresca porque Jimin constantemente se quejaba por los brotes de calor que sufría en repentinas ocasiones, además al ser una ceremonia pequeña y apresurada no quería invertir en un costoso traje cuando podría usar uno bonito y más económico. Además, se excusaba que por su vientre abultado, no tenía muchos modelos a escoger y con tal de conseguir uno cómodo y que se adaptara a su figura todo estaba bien para él.
Con un agradecimiento por el comentario se apresuró para salir de la habitación tomando de su brazo y bajaron con cuidado al patio, donde había decorado exclusivamente para conmemorar el momento antes de partir a la capilla. Jimin se sentía demasiado nervioso, ¿y si olvidaba sus votos? No era bueno para disimular que se le olvidaban las cosas, sentía un leve temblor en sus manos y se obligó a controlarse antes de arruinarlo todo.
—¿Estás nervioso? Porque mi hermano lo está, me mandó a buscarte pensando que te arrepentirías, tuve que decirle que cómo podrías hacerlo si derrochan amor por todos lados y además cargas a su bebé, han querido tanto este momeno que sería ridículo que alguno de ustedes escapara.
—Admito que estoy nervioso, tanto que el bebé a estado inquieto y me pateó mientras me terminaba de poner el traje —Ann colocó su mano sobre su vientre y sonrió en grande.
—Este bebé es muy querido, ¿te imaginas cuando esté grande y vea las fotos de ustedes en su boda? Será un muy bonito recuerdo que almacenarán todos.
Jimin mostró una sonrisa totalmente anhelando el momento que pudiera cargar a su bebé, arrullarlo contra su pecho y pasearlo por su habitación que aún estaban decorando entre todos. De solo imaginarlo le provocó que sus ojos se humedecieran y se regañó, no se permitiría llorar hasta después de la boda cuando las fotos principales fueran tomadas, no quería su maquillaje corrido.
—Bien, aquí estamos. Te pondrás aquí y él estará al otro lado, se dirán sus votos y cuando terminen no se verán aún, regresarás para que él parta primero y luego nos iremos nosotros para que llegue a tiempo y te espere en el altar, ¿entendido?
Jimin asintió, soltando su agarre de Ann y colocando su espalda contra la pared, viendo como se alejaba para entrar a la casa y el silencio gobernó en el lugar, ¿debería de hablar primero? ¿Debería de asomarse para ver si se encontraba ya ahí?
—¿Cómo te sientes, cariño? —cuando escuchó su voz, casi chilló de la emoción.
—Muy nervioso, ni siquiera puedo recordar mis votos correctamente.
Escuchó su risita, provocando que hiciera un puchero pensando que se divertía de su catastrófica situación —Está bien, amor. Solo di lo que te nazca del pecho, todo lo que digas lo atesoraré en mi corazón y lo apreciaré solo por el hecho de que fue algo que dijiste con sinceridad, no tenemos porqué planearlo cuando lo podemos improvisar. ¿Quieres que inicie yo? —cuando Jimin hizo un ruido en su garganta de afirmación, sonrió—. Bien. Jimin, me cautivaste desde el primer momento que te vi, con aquel uniforme de enfermero y no solo me enamoraste a mí, sino a mi pequeño hijo. Él fue de gran ayuda, sin él probablemente no me hubiera dado cuenta que cada que te veía me sentía vivo nuevamente, saliendo de la monótona rutina de la cual estaba convirtiéndose mi vida. Todo lo que siento por ti ya lo sabes, paso todos los días y a todas horas recordándote cuánto te amo y te aprecio en mi vida, por lo que ahora mismo puedo prometerte que cada mañana haré que amanezcas de la manera más alegre posible, preparándote tu desayuno favorito o una simple taza de café como tanto te gusta para que perdures el resto del día; en las tardes, comeré contigo aunque sea a distancia, compartiendo anécdotas y demás; y en la noche, te prometo que en todas nuestras noches me dedicaré a amarte como se debe, te haré sentir querido y apreciado, te cuidaré y te atenderé después de una jornada de trabajo larga o cuando te sientas demasiado estresado, porque quiero ser tu igual, el hombro en el que llores porque sé que habrá días en que no podré ser capaz de detenerlo, quiero ser el pilar donde te sostengas cuando lo necesites y estar a tu lado tomado de la mano, sin que dudes en que te dejaré. Prometo amarte hasta el último día de mi vida, y las siguientes vidas que sigan después de esta.
No aguantó y dejó salir un par de lágrimas, tratando de limpiarlas de forma discreta y rápida antes de que pudiera causar un desastre en su rostro. Aclaró su garganta y con sus manos apretadas en puños, empezó a recitar sus votos.
—Prometo amarte y respetarte, aún y cuando abarques toda la cama y me dejes un pequeño espacio para dormir; Si bien no puedo prometerte que no habrá días malos, si puedo prometerte que estaré ahí contigo a pesar de todo para que puedas apoyarte en mí, para que nos podamos apoyar mutuamente porque eso hacen las parejas, están el uno para el otro y quiero que tengas eso en claro, estaré siempre que me necesites, sea donde sea que esté; Prometo estar ahí cuando vayas a dormir y cuando despiertes, anhelando ser lo último que tengas en mente y lo primero que pienses al despertar, porque soy codicioso y quiero cada segundo, cada minuto de tu tiempo, aunque suene egoísta, pero cariño, así me hiciste ser. No puedo imaginar un futuro sin ti, no puedo imaginarme sin tus risas, sin tus caricias y sin tus besos, por ello quiero pasar mi vida contigo, a tu lado. Con tus días buenos y con los días en los que no te entiendes, con los días que son difíciles y que no puedes contigo mismo, porque estaré ahí para recordarte lo perfecto que eres. Te amaré aún y cuando sea lo último que haga en vida, porque tengo cuatro maravillosas razones para hacerlo.
—Siendo sincero, si esto lo hubiéramos hecho en público estaría avergonzado por todos los murmullos que vendrían después y toda la gente viéndonos, probablemente no te hubiera dicho ni la mitad de todo ello por los nervios —ambos rieron, estando de acuerdo.
—Yo ni siquiera hubiera podido hablar, agradezco poder hacerlo de forma privada, además se siente mejor de ser algo solo entre nosotros.
Jungkook asintió de acuerdo aunque no pudiera verlo —Nos veremos allá entonces, ¿de acuerdo?
—Así será.
—Te amo, demasiado. No puedo esperar para que tengas mi apellido en tu nombre, luego de esto vamos a dedicarnos a descansar y esperar el nacimiento del bebé.
Sonrió enternecido y asintió —Te amo más, ahora ve antes de que se desesperen y tengan que venir a buscarnos.
Soltó una carcajada y con una última despedida, lo escuchó alejarse antes de volver adentro, viendo al resto de las damas por su llegada. Con un retoque en su maquillaje y nuevas palabras de aliento, salieron de la casa camino a la capilla, era el momento de hacerlo realidad.
✧✦✧
La boda había concluido con éxito, la fiesta después de la ceremonia se encontraba en su punto más alto entre los pocos invitados, a pesar de una mínima cantidad, sabían como ambientar el lugar, haciendo que los recién casados tuvieran momentos inolvidables y carcajadas interminables. Los pequeños ya se habían ido a dormir en las habitaciones que habían rentado del lugar, solo quedaban los mayores aún con sus ocurrencias y disfrutando de la pista de baile.
Jimin había arrastrado a Jungkook a la mesa reservada para ellos, sin soportar sus pies por más tiempo y necesitando un descanso. Cargar con su vientre de casi seis meses complicaba las cosas, pero eso no lo detuvo el primer lapso de la fiesta de poder divertirse, aunque ahora se quejara del dolor.
—¿Deberíamos salir de aquí...? —Jungkook cuestionó con una ceja arqueada, provocándole una carcajada.
—Realmente no puedo esperar para despedirme de todos y que nos vayamos de la fiesta, ¿eso me hace mal anfitrión?
Negó, divertido —Eso lo hace realista. Andando, aún la noche tiene vigencia y prometo darte un masaje de pies y dejarte descansar.
—¿Y podemos comer pastel mientras estamos en la habitación?
—Todo lo que quieras comer, cariño.
—¿Y podemos abrir todos esos regalos que nos trajeron?
—También lo podemos hacer ahora mismo.
—¿Podemos hacer que Junwon y Haneul duerman con nosotros? Casi no pude ver a mis niños hoy por estar arreglándome y la ceremonia, los extraño —de solo pensarlo casi se echa a llorar, pero Jungkook fue rápido y detuvo su llanto.
—Hey, podemos hacer todo lo que quieras, para eso estoy aquí —levantó su mano a la altura de sus labios y besó sus nudillos.
—¿Y puedes darme muchos mimos? Es que el bebé quiere de tu atención, me estuvo pateando todo el día.
—¿El bebé estuvo quisquilloso? —se inclinó hasta estar a la altura de su vientre y depositó un beso sobre este—. Vayamos adentro para poder consentir a todos mis bebés, empezando por ti.
Con un movimiento cuidadoso, maniobró para poder cargar a Jimin entre sus brazos y evitar que caminara más y sufriera de sus pies, alejándose de la fiesta hacia la habitación donde pasarían el tiempo necesario cumpliendo todos sus caprichos.
Habían culminado su noche de la manera más atenta y amorosa posible, siendo solo el inicio de un largo camino que recorrerían juntos.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro